Mariana Salazar, la salvadoreña top ten del mundo

Se ajusta los zapatos, los guantes y el casco, luego se sube en la bicicleta y comienza a recorrer sin temor los terrenos inestables del Ecoparque El Espino, ubicado en Ciudad Merliot, donde descubrió su amor por los deportes extremos. Ella es Mariana Salazar, de 25 años, máxima referente del downhill salvadoreño, actualmente 10 del ranking mundial élite y la mejor ciclista panamericana.

“Tuve una niñez muy agitada, pues desde los cuatro años empecé en el motocross”, cuenta la ciclista “top ten” del mundo y quien dice que “siempre andaba siguiendo a mi hermano y a mi papá y algunos amigos. Desde ahí me empezó a gustar (el motocros). Quise probar y fui escalando poco a poco”.

Su amor por el deporte extremo la llevó a descubrir el Ecoparque El Espino, lugar idóneo para hacer carreras en bajadas, por veredas naturales y otras rampas improvisadas por su padre, Eduardo Salazar, que siempre la acompañaba en sus travesías.

“Era muy divertido, ahí peleando por quien llegaba primero. Eso me ayudó muchísimo a saltar, a tener habilidades y destrezas”, cuenta Mariana al recordar sus inicios en el downhill que es la modalidad del ciclismo de montaña que consiste en realizar descensos los más rápido posible en pistas situadas en montañas o colinas, con obstáculos naturales o artificiales.

A Francia por el doble sueño profesional

Al constatar que el downhill era un deporte sin mucho futuro en El Salvador, por el poco impulso federativo, el costo de los implementos deportivos que se usan y la ausencia de patrocinadores; Mariana decide viajar a Francia para realizar sus estudios universitarios y, de paso, tratar de crecer deportivamente.

“Pensé: allá es donde están las copas del mundo, entonces agarré la bici y me fui”, recuerda la ciclista que se graduó de bachillerato en el Liceo Francés.

Ya instalada en Francia, Mariana no tuvo el inicio esperado en las competencias de downhill, pues realizó varias carreras que no fueron “nada fáciles”, pero consiguió un par de marcas que le ayudaron a coger confianza. “El inicio fue bastante difícil, mi primera carrera fue pésima, pero me dije necesito aprender y así lo hice”, rememora Salazar.

Ya más preparada, Mariana se atrevió a competir en campeonatos panamericanos en los que ganó varias medallas y por ello decidió pasar al nivel superior presentándose en eventos organizados en diferentes países europeos.

“Al llegar a Europa, las pistas eran mucho más difíciles, el nivel altísimo, así que fui aprendiendo poco a poco y entrenando. Fui creciendo”, dice la atleta que lleva cinco años consecutivos compitiendo en copas del mundo.

Bronce mundial

Gracias a la experiencia acumulada en las copas del mundo, Salazar tocó el cielo en julio de este año cuando ganó el tercer lugar en la Copa Mercedes Benz de Francia, una de las etapas de la Copa del Mundo de Downhill.

“Cuando finalizó la competencia sentí que llegué bien, pero no sabía que había ganado. Por eso me tomó por sorpresa hasta que vi el cronómetro que estaba en verde con el mejor tiempo y mi nombre, no me lo podía creer, llegué dos segundos detrás de ellas (primero y segundo lugar)”, recuerda emocionada la campeona del mundo.

Incluso, Mariana Salazar reconoce que ese tercer lugar es, hasta el momento, su máximo logro; aunque también ha acumulado otros éxitos deportivos que la convierten en un verdadero orgullo de la nación salvadoreña.

Por ejemplo, la pedalista ha sido campeona panamericana junior, cadete y mayor; número uno del ranking de la Copa Francesa 2018, octava posición del ranking mundial 2018, quinta posición en la Copa del Mundo Canadá Mont Saint Anne, y en su última competencia, Les Gets 2019, acabó en el tercer lugar.

“El downhill es mi pasión, no me veo fuera y siento un gran orgullo representar a mi país. Es una sensación indescriptible. Lo bonito de todo es que cuando estoy participando me conocen como la salvadoreña, muchos se acercan por curiosidad y me preguntan a dónde se ubica mi país, o si es una isla, es divertido”, sonríe Mariana quien actualmente pedalea el décimo lugar del ranking mundial.

Viviendo con el riesgo

El downhill, por su naturaleza, es un deporte lleno de riesgos, pero Mariana ha aprendido a vivir con ellos y disfrutarlos. “Me encanta la mezcla de emociones: miedo, adrenalina, satisfacción. Por ejemplo, un salto da miedo, pero una vez lo hace, es una sensación increíble y al hacerlo varias veces, cada vez es mejor”, dice emocionada la máxima representante del downhill salvadoreño.

Pero no todo ha sido color de rosa en la carrera deportiva de Salazar, ya que ha tenido altibajos muy duros. Uno de esos momentos complicados fue la caída que sufrió en la última Copa del Mundo La Bresse, Francia 2018, que la mantuvo fuera de competencia por siete semanas.

“Estuve una hora acostada sin mover las piernas, sufrí horrible por mucho tiempo, el proceso de recuperación fue difícil”, dice de manera reflexiva la ciclista.

No obstante, al volver a las pistas de competencia consiguió su máxima hazaña: ganó el tercer lugar en la Copa Mercedes Benz de Francia.

¿Se puede vivir del deporte?

Mariana Salazar supo llevar de la mano los estudios y el deporte, hasta conseguir el título de Licenciatura en Comercio Internacional y, por si fuera poco, estudió en línea una certificación en Entrenamiento en Educación Física y Nutrición en el Deporte.

Es por eso que, gracias a su preparación académica y su pasión por el deporte, ahora la ciclista dice con mucho orgullo que vive del deporte, ya que le pagan por hacer lo que tanto le gusta: el downhill.

“Yo sí puedo decir que vivo del deporte, compito por el Team Dorval AM, tengo indumentaria deportiva, quiropráctico, entrenador y salario. Además, tenemos un selecto grupo de patrocinadores que nos apoyan”, dice Mariana quien agrega que al equipo profesional que representa es considerado élite dentro de la Unión Ciclista Internacional (UCI).

Hoy por hoy, Mariana está enfocada en la temporada 2020, en la que competirá con su equipo en las Copas del Mundo que inician en el mes de marzo en Portugal; así como algunas Copas de Francia y Europa.

No obstante, la ciclista hace una mención especial a su intervención en el Campeonato Panamericano y en el Mundial, en los que representará a El Salvador luciendo los uniformes oficiales que INDES le entregó esta semana. “Representar a mi país es una sensación increíble, me siento honrada”, expresa la atleta que también cuenta con el respaldo de la Federación Salvadoreña de Ciclismo

De momento la ciclista tratará de seguir cumpliendo sus sueños: “llegar hasta donde pueda, seguir disfrutando del deporte, quiero llegar hasta el límite en donde pueda decir ‘di todo’ y mi sueño es llegar a estar entre las cinco mejores del mundo”.

Sin duda, Mariana es un orgullo nacional.